lunes, 21 de noviembre de 2011

MUJER




Fresco rocío en plena alborada
luz y calor en la noche invernal
frágil, fuerte, moribunda, siempre viva.
De tus ojos caen con belleza sin igual
perlas puras y divinas
que doblegan voluntades
derribando muros indomables.

Tu sexo la casa del niño perdido
omnipotente, violentado, sabroso y voraz
mutilado, excitante, ultrajado, hambriento
refugio seguro del caminante audaz.
Esas manos cual palomas levantando el vuelo
ingeniosas, creativas, libres, inmensas
claman justicia endurecen voluntades
al tiempo que tiernamente acarician
el rostro, la piel, el cabello
aquel viejo anhelo .
Son esas piernas fortaleza de un pueblo azotado
refugio seguro del andariego adorado
con paso firme recorren senderos y valles
hermosas caminan con gracia celestial
Tu boca humedece las tierras sedientas
clama verdad, grita injusticias, exige igualdad
a la par que besa y apacienta a la fiera delirante
hasta convertirla en dócil y fiel amante.
El vientre frágil como vara de nardo,
tan fuerte como la guarida de un oso feroz
capaz de hacer que un hombre, por él, pierda el aliento
y al mismo tiempo engendrar vida y detener el tiempo.
Eres toda tú una diosa soberbia
el demonio de rostro angelical
la causa de todas las guerras…la paz anhelada
fuerza, amor, plenitud
lascivia, pecado…cumbre conquistada
Amiga, amante, esposa abnegada
madre, hija, hermana entregada
luchadora incansable, niña perdida
Pero ante todo, la más orgullosa
al saberse Mujer.

Elena Ortiz Muñiz