El
viento se lleva
Las
hojas del tiempo
Que
ya no regresarán.
El
viento del olvido
Forma
un remolino
Turbulento
en la memoria
Y quita
la basura
De
añoranzas amargas.
A veces
siento o presiento
Que
algo se rompió en los cántaros sellados
De
las vivencias viejas
Pero
que algo bueno también murió
En
el abismo insondable
Del
olvido sin retorno.
Se
fueron todos los ancianos
Que
fueron mis antepasados
Con
su carga emocional de parentezco;
marcharon
para siempre
personas
queridas
que
marcaron su huella en mi existencia
y
que ahora ni sé qué.
Estoy
lejos de todos los apegos
Más
allá del mi presente
Y estoy
convencido de que no vale la pena
Escarbar
en los pensamientos;
Lo
que se olvida no vale la pena
Y el
adiós es perpetuo…
Por
eso, en las noches sin sueño
Dejo
la mente quieta
Sin
un solo pensamiento
Y sigo
viviendo en mi adiós eterno.
Edgar
Tarazona Angel, Envigado 2015